
Y si esa otra persona me preguntara, si me exigiera un indicio hecho prueba, una señal de mi amor… «Me amas, ¿no es cierto? ¿Por qué?». Pregunta fatídica, dos palabras exigiendo un compendio de toda esa literatura amorosa que nos inflama, dos palabras en busca de una respuesta resolutiva y rotunda, irreprochable y eterna. «Me amas —diría con ojos brillantes de malicia y espanto—. ¿Por qué me amas?». Un escalofrío allá dentro, un vértigo inefable. Me asomaría entonces al abismo de sus ojos marrones, haría de su incertidumbre mi miedo, de sus naufragios mi condena, y de entre la maraña del caos, en el último instante, rescataría apenas un barrunto de algo mucho más grande que la mera existencia, una clarividencia súbita que traería consigo, como por milagro, las palabras justas, o quizás no tanto, pero sí suficientes… «Te amo. Porque tu incertidumbre es mi miedo. Porque tu naufragio es mi condena. Pero también porque tu felicidad es mi orgullo, y tu ilusión mi mejor obra. Te amo porque no amarte es odiarme irremediablemente, porque somos uno y sé que unas palabras mal escogidas no harán tú y yo de nosotros».
El indicio, microrrelato disponible en De sombra y de luz. Relatos Vol. I
Ayer me ha llegado tu libro. Aún no lo he empezado, pero tiene muy buena pinta…
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¡Qué bien, muchas gracias por el voto de confianza! Espero de verdad que te guste 😊
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Ya te contaré….
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