Sí, Emilia, sí... Los chicos como de costumbre. ¿Qué vamos a esperar de ellos a estas alturas? Uno enfrascado en sus cosas de ordenadores, y el otro pues con sus agobios: que si el dinero no le llega a fin de mes, que no le da la vida... ¡Todo son contratiempos! Y si todo se … Sigue leyendo Esteban y la soledad
retrospección
Óscar y el ruido
Mierdaseca, perroflauta, sinvergüenza, aprovechado, maleante, piojoso, Tamayo, Óscar Tamayo si no te importa, escoria, ruina, yonqui, maricón, Tamayo de qué, tú no eres, no puedes ser de mi puta estirpe, no, hace tiempo, vago, delincuente, criminal, asesino, asesino, asesino... Óscar. Todavía hoy, convertido en casi todos los insultos que su padre le dedicaba, recuerda su … Sigue leyendo Óscar y el ruido
Clara y la náusea
El respirador artificial que mantiene vivo a su padre marca las constantes del tiempo que pasa. Un segundo más de vida, acaso uno menos, el vaso de agua medio lleno o medio vacío, dependiendo del día y del ánimo. El ánimo de Clara Olmos. No el de su padre. Su padre hace años, cuatro años … Sigue leyendo Clara y la náusea
Andrés y el miedo
Arriba y abajo, cada vez más alto, las cadenas de acero quejándose, chirrían, arriba y abajo, más alto, más fuerte, empuja más, más fuerte, la pequeña Mónica Galván riendo, sus manitas aferradas a las cadenas del columpio, sus piernitas agitándose también, arriba y abajo, cobran impulso al compás del vaivén, arriba y abajo, las carcajadas … Sigue leyendo Andrés y el miedo
Ana o la impostura
Semilla del mal, fruto del pecado, creciendo, creciendo dentro, haciendo cada vez más evidente la vergüenza, el arrepentimiento. La farsa. Ana nunca fue especialmente religiosa, pero es en las inflamadas jaculatorias, en los grandilocuentes y fatalistas conceptos manejados por quienes se consideran creyentes donde ahora halla reflejo para sus sentimientos. Tentación, pecado, condenación, acaso salvación, … Sigue leyendo Ana o la impostura
Alberto Galván
Su voz, su aliento apestando a tabaco y alcohol, mezclado en distancias cortas con la levedad de su perfume, su voz y sus palabras, susurradas al oído como quien recita un sortilegio, desprendidas a pedazos densos de la lengua que asoma entre sus dientes, vamos nena, sé que sientes lo mismo, cada sílaba pastosa derramándose … Sigue leyendo Alberto Galván